05 d’octubre 2006

Amar vs Odiar

El fútbol me recuerda viejos e intensos amores, porque en ningún otro sitio como en un estadio se puede amar u odiar tanto a alguien.
(Françoise Sagan, escritora)


Flojo partido que sirve para evidenciar la guerra existente en la grada entre partidarios y detractores de Bordalás, entre quienes le aman y quienes le odian. Una guerra que en ningún caso beneficia al equipo y que usa a los jugadores como armas arrojadizas -aplausos a Moisés y pitos a Sendoa-, el domingo ante el Cádiz se podrá comprobar si el pase de ronda calma los ánimos o si la situación empeora.

Planteamiento
En el terreno de juego el planteamiento de inicio varió poco respecto a otros partidos. Por fortuna Benítez no jugó en el lateral izquierdo, y aunque en su lugar entró Redondo provocando la redistribución de toda la zaga -Galindo al lateral derecho, Urbano central por la derecha y Schiavi central izquierdo- la solución fue menos traumática que la apuntada por la prensa con el onubense por la izquierda. También ayudó, no lo olvidemos, la baja de última hora de Nauzet Alemán. Del resto del equipo destacaba la presencia de Piti por primera vez en el Rico Pérez en partido oficial y la suplencia de Diego Mateo después de ser uno de los más destacados en Almería, su lugar lo ocupó Turiel.

1ª fase (65 minutos)
De nuevo fallos en la salida de balón, en esta ocasión no se puede culpar a los laterales que jugaban fuera de sitio. La distribución de los medios si que varió respecto a partidos anteriores, con Montenegro muy avanzado sin apenas bajar en busca de la pelota y dejando todo el esfuerzo en las tareas de creación a Farinós y Turiel. El resultado fue un equipo sin apenas llegada e incapaz de jugar con paciencia y esperando su oportunidad (posesión del 50%). El guión era semejante al de anteriores encuentros.

2ª fase (65-90 minutos)
Hay unos cambios a partir del 65 que varían el rumbo del partido. El primero es que se marcha un Farinós agotado pasando a su posición Montenegro, en lugar del valenciano entra Moisés que sabedor de que está ante una oportunidad de reivindicarse sale revolucionado. El Hércules se adelanta gracias a una jugada de estrategia -¡por fin!- y Juanito se la juega dejando defensa de tres y adelantada lo que provoca grandes espacios que el Hércules supo aprovechar.

Farinós organiza
Durante 65 minutos Farinós es el encargado de organizar, de dar forma al juego. Sigo pensando que no está en buena forma, no es buena idea encargarle la misión de organizar al equipo cuando se queda sin fuelle en 45 minutos. Sus números así lo avalan, los he desglosado en cuatro para que se vea la evolución de su juego en el partido que pasó de más a menos participativo.











Montenegro organiza
Caso contrario al del valenciano, pasó de estar 65 minutos desaparecido a tocar, mandar y asistir con acierto. Es un jugador que por sus características o entra en juego tocando mucho el esférico o apenas puede aportar al juego salvo en el balón parado. Dió dos asistencias de gol, una de falta a Turiel y otra a Piti en un contraataque. Desgloso sus números en dos, hasta el minuto 65 y desde entonces hasta el final.

Estrategia
Juanlu es como ante el Murcia el encargado de sacar todas la faltas, de nuevo ninguna fue rematada. Hasta que llega la primera falta que bota Montenegro. El que durante la pretemporada era el encargado de lanzar todas las jugadas de estrategia acierta en la primera que saca, gol de Turiel. Espero que a partir de ahora siga siendo el elegido en estas acciones. Curiosamente ayer el Hércules no dispuso de ningún córner, es un dato que refleja que apenas tuvimos la posesión de balón como correspondería a un equipo que juega de local.Piti y Moisés
El primero se reivindicó con mucha movilidad y con un gol que demuestra el acierto de la frase "un buen control es medio gol" y el segundo deja claro con su juego que es consciente de sus limitaciones -no encaró al adversario en los contraaques y prefirió esperar el apoyo de sus compañeros-, sus virtudes -fuerte disparo y dejadas- y que está dispuesto a exprimir los 25 ó 30 minutos de juego que disponga. Además, revolucionó a una grada dispuesta a convertirle en arma arrojadiza en la particular guerra que mantiene la afición con Bordalás.

 
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