Un entrenador funambulista

Subido al delgado cable, el entrenador funambulista mantiene, no sin grandes esfuerzos, el equilibrio. La pértiga que en un principio le ayudaba comienza a provocarle problemas pues por un lado comienzan a agitarse aquellos jugadores descontentos reclamando su oportunidad ya que no participan y por el otro la prensa oportunista que desea cambios en el sistema táctico. Debajo, en las gradas, el público ya se ha dividido en aquellos que esperan que aguante subido al cable y aquellos que esperan ver como se estrella.


De momento el entrenador funambulista está tranquilo pues a sus pies Ortiz, Botella y Subirats sostienen la red de seguridad por si cae y aunque no sabe cuánto tiempo más la mantendrán tiene la certeza de que su actuación en Almería está asegurada y se la jugará en casa, ante Las Palmas en Copa y Cádiz en Liga. Estos tres partidos definirán el futuro a corto plazo del equipo, definirán su futuro como funambulista en este circo.