11 d’abril 2008

Merienda con huevos

Como ando escaso de tiempo -razón por la que apenas actualizo- y sabiendo que Xavi, el meu company de patiment herculà, iba a ver el partido del Hércules en Anoeta aproveché y le pedí que me enviara una crónica del encuentro, podéis ver un vídeo resumen del mismo en la web de la peña "El Sur" de la Real Sociedad. He aquí el resultado, seguro que os gusta.

Real Sociedad 2 Hércules 1
Ya desde el viernes, cuando llegué a Donosti, se podía ver por las calles de la capital Guipuzcoana y por muchas de las poblaciones de los alrededores que pude visitar ambiente de fútbol. Se palpaba en el ambiente que el del domingo era uno de esos partidos transcendentales para el devenir del equipo local. Lamentablemente la presencia del Hércules en ese partido no era lo que lo hacía importante, sino que ello era meramente casual. La importancia del partido para la Real venía dada por las tres derrotas consecutivas con las que acudía a Anoeta, por el empate conseguido el día anterior de su predecesor en la lucha por la tercera plaza en la tabla clasificatoria que da derecho al ascenso a la División de Honor, el Sporting de Gijón. Por otro lado también responsable de la excitada afición txuri-urdin era el cambio de entrenador sucedido a mitad de semana, y que había llevado al tolosarra Juanma Lillo al banquillo donostiarra.

Todo ello, unido a la excelente iniciativa del Club guipuzcoano de invitar a niños y niñas al partido (colocando para ellos cientos de asientos en las pistas de atletismo que rodean el terreno de juego) que solucionaba en parte la tan criticada “frialdad” y lejanía del público en el estadio, conformaba el escenario perfecto para un día de partido. El campo prácticamente a rebosar con unos 25.000 espectadores en las gradas más cientos de niños dando colorido junto “al verde” hizo que naciera en mí una extraña sensación de admiración y envidia.

Ya cuando observé el once inicial alicantino pude aventurar cómo iba a desarrollarse el partido. Y así fue. El Hércules salió al campo (o su entrenador hizo que así fuera) amarraet atrás, con Rodri y De los Santos repartiendo carreras, cortes de balón, brega y muchas imprecisiones en los pases que hacía que cualquier ataque de la Real diera sensación de peligro aunque Diego Jaume, Albacar y Sergio Fdez. cumplían con orden (no así Graff en el lateral derecho) y cualquier propuesta atacante herculana fuera… bueno, de eso no hubo: Farinós lo intentaba en la zona de enganche atacante pero no podía y por lo tanto Ion Vélez no recibió ni un solo balón de cara a portería en el primer tiempo y Sendoa parecía más nervioso que de costumbre por la banda, con muchas imprecisiones al controlar los pocos pases que llegaban.

La Real por su parte llevaba el peso del juego ofensivo aunque realmente, salvo Xabi Prieto por banda derecha que fue una verdadera pesadilla para Albacar y los errores, quizá comprensibles, de Graff por el lateral derecho, dicho dominio donostiarra no dejó de ser una sucesión de escarceos sin demasiado orden; centros al punto de penalti y balones en profundidad que generalmente eran bien controlados por Sergio y Diego Jaume.

Entre que la Real no materializaba su dominio en goles, que el árbitro tomó un par de decisiones que podríamos denominar “ligeramente” polémicas en contra de la Real y que los últimos resultados cosechados por el equipo guipuzcoano habían sido desastrosos, la afición comenzó a impacientarse, a exigir un nivel de juego quizá por encima de las posibilidades de un equipo de 2ª División “A”, lo que acabó poniendo nerviosos a sus jugadores hasta que el árbitro pitó el final del primer tiempo.

El segundo tiempo comenzó igual que había finalizado el primero; dominio por parte de la real y excesivo pasotismo y conformismo herculano... y el ambiente en las gradas que cada vez se tornaba más hostil para el equipo local que ya se volvió en presión total contra su equipo (e incluso con alguna mención al recién estrenado entrenador) cuando Sendoa, en uno de los escasos balones que llegaban al área defendida por Riesgo, aprovechó un balón mal rechazado por la zaga guipuzcoana y desde el área pequeña fusiló al portero vasco.

Fue entonces cuando el Hércules desarrolló su mejor fútbol, controlando en la medular, contemporizando y durmiendo el juego ante la desesperación de jugadores, técnicos y afición que veía cómo se les escapaban otros 3 puntos básicos. Pero, de igual forma que llegó el gol del Hércules: cuando nadie lo esperaba. Delibasic, que acababa de entrar saltar al terreno de juego, cazó un balón en el interior del área y lo colocó lejos del alcance de Unai. Inmediatamente después el portero vasco del Hércules, en un balón colgado y aparentemente fácil para él, falló, el esférico se le escurrió de las manos y Fran Mérida, metió la cabeza, metió el hombro, metió el cuerpo… o simplemente lo puso por casualidad, pero la cuestión es que metió el gol de la victoria de su equipo con el consiguiente delirio en las gradas. En diez minutos de garra y algo de fortuna la Real había conseguido hacer lo que no había podido en todo el partido. De ahí hasta el final pudieron caer dos tantos más del lado txuri-urdin que todavía uno no se explica cómo no subieron al marcador de Anoeta.

La Real no sólo tiene un presupuesto alto, una trayectoria histórica impresionante para una ciudad que supera en poco los 150.000 habitantes. La Real posee un alma, unas raíces en Donosti, en toda Guipúzcoa que pocos equipos poseen en su tierra. Obvio comparar con el Hércules. El ambiente que se vive antes y durante el partido, el que en gran parte del mobiliario público de las poblaciones guipuzcoanas que pude visitar hubiera una campaña de apoyo al equipo, la forma de comportarse la afición durante el partido y el número en el que acudió al mismo es como para que no haya dudas de quién debe ascender a la máxima categoría del fútbol español. Con todos mis respetos a Numancia, Málaga o Elche… no hay color. Y el Sporting me cae gordo desde la 1ª vuelta.

Al final, cuando me dirigía hacia el coche (que tuve que aparcar casi en Hernani ante la falta de aparcamiento en los alrededores de Anoeta) un veterano aficionado donostiarra sentenció ante sus compañeros de sufrimiento: "al final nos los hemos merendado por huevos". Pues eso.



Muchas gracias por tu crónica Xavi.

Fotos: Diario Vasco - Xavi

 
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